jueves, enero 06, 2011

La puesta de sol.

Miro a fuera la belleza que se extiende en las colinas,

el sol brilla con la luz peculiar del invierno,

y las sombras juegan burlonas para mis ojos

que escrutan ansiosos cada detalle,

quieren encontrar un pretexto para recordarte;

las flores son ideales para traerte esta tarde a mi mente,

con el sol cayendo lentamente;

se levanta ante mí una cortina de recuerdos vaporosos

y dulces,  tengo unas ansias enormes de tenerte,

alcanzo a verte, sonriente, con esa fuerza en tu mirada,

te veo en el poniente, jugando entre las vertientes,

posando para el sol, jugando con el viento,

te veo como siempre, contenta, plena,

así te recuerdo esta tarde.

Siento tus brazos tibios rodeando mi cuello,

y miro la belleza que me rodea, te veo,

te siento entre esta belleza.

Me siento a mirar como el sol se dispone a descansar,

baja lentamente, y me pierdo en esa imagen portentosa,

ya no pienso, solo siento tu hermosa mirada,

tus brazos llenos de gloria, tus labios rosas,

me sumerjo en el recuerdo de tus besos,

de cuando me sorprendías pidiéndome uno,

eso es lo que tengo en esta tarde maravillosa de invierno,

donde no hago otra cosa que recordar tus besos,

tus caricias, tu sonrisa, y tu respirar entre cortado,

cuando las caricias alcanzaban su cenit.

Te tengo esta tarde maravillosa,

mirando la puesta de un sol de invierno,

la primera del año, rodeado de belleza,

y con el alma plena llena de tu recuerdo.

Solo espero que la siguiente puesta,

pueda encontrar tu mano, tus labios y tu fuerza.

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