viernes, noviembre 18, 2011

Una noche cualquiera.

Esta noche debería estar dedicada a algo más significativo, a cosas más importantes, a sensaciones profundas, a sueños raros, a explicar el universo que nos rodea, debería de ser un intento por reivindicar todo lo terrible que he hecho, debería estar dedicada a un escrito que superara mis debilidades, que me permitiera entender y describir. Un texto que pudiera explicar, anunciar algo.

Algo tan profundo y vasto como la oscuridad, el miedo, la miseria o el gusto.

Esta pudiera ser una de esas noches en las que te desvelas con lo amigos, hablando de cosas extrañas, y de cosas triviales. Debería ser una noche donde la amistad prevalezca, y la soledad por un momento se mantenga a raya.

O quizás se podría dedicar a la meditación, a pensar una y otra vez sobre las cosas que no permiten conciliar el sueño, las tareas inconclusas, y las ideas frustradas. También podría ser una noche dedicada a la filosofía, dedicada al ser y al tiempo, a las ideas, al espacio, a los recuerdos, a la explicación de la realidad.

Podría se una noche dedicad a ella y su intensidad, a sus pasiones, a sus besos, a sus brazos, a su sexo.

Pero no, es una noche de esas, de las que se niega a ser la anfitriona de cualquiera de las buenas razones, se decanta por una noche tranquila, plena, abocada al descanso, una en la cual poco importa lo que pase mañana, o lo que pasó hace un rato, la prioridad es tratar de recuperar las fuerzas, borrar los recuerdos inútiles, y organizar las ideas.

Es una noche dedicada al descanso bajo un cielo estrellado y una luna en su fase entera, es una noche no tan oscura, no tan fría, no tan intimidante, es una noche donde caben muchas cosas, un pensamiento sobre otro, donde los cansancios se acumulan. Es una noche entera para dedicarla, al gozo, a la espera.

Es una noche cualquiera.

 

domingo, noviembre 06, 2011

Sobre el miedo

Hace varios días que no escribo, que no encuentro el momento. No no es cuestión del mejor momento, solo no tengo el impulso de escribir; algo me faltaba, y creo que necesitaba razones para escribir, motivos, hoy no tengo uno claro. No es una razón lo que me tiene aquí es un sentimiento, es un arrebato, un instante, algo que me tiene en un estado de angustia.

Si angustia, no se debido a que, pero mis miedos han estado creciendo, me he vuelto mucho más temeroso, y me asombra descubrirme tan temeroso ante cosas cotidianas. El miedo me envuelve de manera velada, no es necesario un pretexto, hoy lo tengo presente muchas veces a lo largo del día, a la menor provocación afloran todo tipo de pensamientos catastrofistas, diseñando por un cerebro que esta nervioso, sobre alertado, y asustado, mi conciencia no esta tranquila.

La verdad sea dicha no se cual pudiera ser el punto desencadenante de tanto temor, de esta sensación de perdida, de olvido, de miseria, no entiendo que motivos exactos han desatado en lo profundo de mis emociones este miedo casi irracional a todo lo que pudiera ocurrír y terminar en fatalidad.

No es mi fatalidad la que más me angustie, es la que pudiera ocurrirle a alguien a quien amo. Mis miedo van creciendo, se me llena la mente de imágenes sobre la muerte, el dolor, el llanto, la soledad, la ausencia y con el miedo mismo en cualquiera de sus formas.

Pero sobre todas la cosas me siento impotente de poder cambiar en algo las cosas, en ser suficiente para enfrentarlo; ya no es como en mi juventud que creía se capaz de enfrentar cualquier cosa, que no importaba cuan difícil pareciera, siempre me creía capaz de triunfar, pero esa confianza se ido desgastando con el tiempo, a base de derrotas, de perdidas, de golpes, de dolor y de soledad.

Si al final solo estas tu y tus miedos, uno frente al otro, o quizás flanqueado por ellos, mis miedo son parte de lo que soy, me engañaría a mi mismo tratando de pensar que son recientes, pero la verdad siempre han estado ahí. Soy un producto de ellos, como lo soy de mis emociones, de mis querencias, de mis sueños, y de mis paciones, de mis fortalezas y de mis debilidades, al final soy un cumulo de cosas en mi mente, y soy lo que mi mente interpreta, lo que construye para mi con lo que le llega de fuera, es pero que con lo que tengo para interpretar lo que pasa afuera, sea capaz de salir adelante, y de ayudar a alguien más en el camino.

¿Por qué al final que son mis miedos? solo una colección de conexiones neuronales, donde se refugian, aunque algunos pueden perfectamente vivir en el cerebelo y brincar generaciones. El miedo también sirve para sobrevivir, solo que a veces esa ultima parte ya no pesa, y nos queremos dejar vencer, para dejar de temer, por lo que dejar de temer es equivalente a querer dejar de vivir.

Y por ahora, quiero seguir mi proceso de oxidación natural, así que trataré de manejar los miedos, intentaré averiguar que es lo que quieren decirme, y actuar en consecuencia.

Quizás deba estar orgulloso de que a pesar de estar lleno de miedo, halla tenido el atrevimiento de continuar mi camino.