martes, octubre 26, 2010

A veces solo hay que escribir

Muchas cosas se dejan de hacer por el peso de la obligación, cuando lo que haces solo estas dispuesto a realizarlo porque tienes que hacerlo, algo muy importante se pierde en esa sensación de hacer las cosas por obligación o por interés, muchas veces me he limitado para escribir, por varios motivos, no entiendo el porque de esta auto restricción; aunque puedo relacionar que cada vez que me detuve para no escribir, era pensar a quien le podría importar lo que escribo.

O si lo que escribo corresponde al algún tema interesante que a algún desconocido le proporcione un servicio, otras tantas me preocupaba sobre manera la calidad de lo que salía en las líneas que se iban construyendo palabra a palabra mientras pensaba en que cosas plasmar en ellas.

¿Que quiero darle a quien me lee?, no lo se, y menos aún en este momento en el que escribo, pero pienso que no estoy pensando en este momento en quien me lee, o me leerá, no más bien estoy pensando egoístamente, porque estoy escribiendo para mi, para sentirme mejor, porque desde que no lo hago siento un vacio que no alcanzo a llenar, ni con las agobiantes jornadas de trabajo, un trabajo abrumador y absurdo que no tolero en lo más mínimo, pero que en el por desgracia no tengo otra elección que la de continuar en el.

Necesito del dinero que me representara en unos meses, y ni modo; sin embargo por muy aborrecible que sea mi actual empleo, no puedo imputarle la culpa de todos mis males, aunque en ocasiones parece muy sencillo hacerlo, mucho antes de la justificación de la falta de tiempo por el trabajo, había dejado de escribir, y eso se nota de manera horrorosa ahora mismo, cuando necesito hacer un sobre esfuerzo para tratar de dar con las palabras adecuadas, ellas no fluyen más con naturalidad, pareciera que estuvieran estancadas, he ignoro de que clase sea la barrera que interrumpe su habitual caudal.

Estoy padeciendo de un estancamiento, no solo de las palabras, sino de lo que detrás de ellas se esconde, esas exquisiteces de la mente llamadas ideas.

También me siento estancando en otras áreas, y me parece por todo lo que llevo escrito estar sumergido en una especie de crisis, o en su umbral, lo cual es preocupante, porque significa que las cosas pueden empeorar, pero a la vez estoy a tiempo de detectar ¿que diantres es lo que esta mal?.

No estaría aquí escribiendo sobre esto, ni deliberando sobre lo que me aqueja, si hubiera decidido desistir de escribir, renunciar a ello, hubiera sido renunciar a la reflexión, al desahogo, a la fluidez, algo de los estancando esta fluyendo por fin, y la corriente se esta encargando a aun paso somero, de llevarse con ellas muchas de las cosas que se estaban pudriendo en ese lugar. Las ideas muertas avanzan inertes y flotando sobre una corriente completamente oscura, alimentada por pequeñas pero numerosas corrientes de pensamiento atroces y lúgubres, que a ultimas fechas caen copiosamente, anegándolo todo, y dejando escaso lugar para ideas más benévolos.

Afortunadamente fluye todo ahora, estoy seguro que el paisaje de mi mente no podrá volver a ser como fue. Como no a regresado a ser como en un principio lo fue, y que bueno, aunque hay algunas cosas que se pueden echar de menos, lo mejor siempre esta en la transmutación, en la evolución, en la fusión que ahora mismo se esta realizando en mi mente, en esa formidable promiscuidad de ideas mezclándose entre si, y dando lugar a nuevas ideas, malvadas, benévolas, egoístas, sensacionales, ridículas, efímeras, enfermas, caducas, vitales, trascendentales, sencillas, opacas, translucidas, desafiantes, arrogantes, ambiciosas, generosas, rentables, amables, valientes y cobardes, de todo tipo, chocando unas con otras, todo ello sobre la corriente oscura que lo inundo todo en un momento, y que me hizo olvidarme por unos días de quién soy yo.

O quizás no quiero reconocer lo que en realidad soy.