viernes, julio 31, 2009

La historia de una triste refineria



La trsite historia de una refinería.





Las cosas que hay que ver para creer,
apenas el año pasado se anunció la construcción de una nueve
refinería en el país, se dijo que era necesaria, y en las mesas de
debates sobre la reforma petrolera que se discutió en el congreso de
la unión, se manifestaba claramente de la enorme necesidad de
inversión en el sector petroquímico.
En ese momento la noticia
impacto favorablemente, ya que desde hace mucho no se hacia una
inversión tal en el sector.
Hasta aquí no hay inconvenientes
mayores, lo malo fue que la reforma aprobada por el congreso de la
unión no permitió que la iniciativa privada participara en forma
directa en el sector energético y menos aún en el área relacionada
con los hidrocarburos; por eso es Pemex la empresa que tiene que
frente al gasto total de la construcción de la nueva refinería,
(que por cierto eh escuchado que no se trata de una nueva sino de una
macro reconfiguración de la ya existente en Tula).
  

Total que desde la fecha del anuncio de la construcción de esta
refinería la historia de su se torna cada vez más traumática, a
tal punto que parece un verdadero triller de suspenso para las
entidades que están en disputa por reunir los terrenos suficientes
para poder llevarse una inversión de 9.500 millones de dolares para
su estado.
Al más puro estilo de los reality shows, a diario los
medios van midiendo el numero de tramites de los estados de Hidalgo y
Guanajuato, ante la Secretaría de la Reforma Agraria, para ver quien
logra obtener las 700 hectáreas necesarias y con ello lograr el gran
premio.

Esto además de absurdo es vergonzosamente
ineficiente, es un derroche de recursos en un momento en el que el
país no tiene tiempo que perder; ya que esta sumergido en una
tremenda recesión económica, quizás la más profunda de la
historia reciente, y tenemos como pasatiempo favorito cruzar apuestas
de que estado ganará la refinería después de todo este teatro. La
indefinición provoca distracciones, no tener una meta definida y
dudar al momento de tomar una decisión brinda como resultado que
estas sean débiles, y lo que debería de ser la punta de lanza para
reanimar en algo la economía nacional, se esta convirtiendo en una
pifia monumental, que esta desgastando a dos estados de la república,
los cuales en aras de llevarse esta millonaria inversión están
gastando valiosos recursos sociales, humanos y económicos, en una
carrera que al final solo uno de ellos ganará, por lo que el
perdedor no se llevará nada, quedará además de frustrado, con un
gasto que para cualquier estado de la república no es menor.





Esto como resultado de la indefinición,
por no sostener que la refinería se tiene que construir en el mejor
lugar, el que proporcione la ventajas técnicas y económicas que lo
hagan la mejor opción para construir la refinería.



Si es Tula Hidalgo el lugar ideal o
el mejor, hay que tomar una definición ya, darle las facilidades
necesarias, para que los trámites ante la secretaría de la reforma
agraria se agilicen y que la mentada refinería se comience a
construir cuanto antes.

Además no quiero dejar pasar un
argumento que vi en la columna de Leo Zuckerman, en la cual hace
referencia al costo de la refinería, que tendrá una capacidad para
refinar de 130 mil  barriles de petróleo, con una que grupo
Valero vendió en Alabama; se trata de una refinería con capacidad
de refinar 85 mil barriles de petroleo, la cual se vendió en 450
millones de dólares, es decir un 5 por ciento de lo que nos costará
la refinería en Tula, además hace un planteamiento retorico, de que
con lo que se va invertir en la refinería Pemex podría comprar el
60% del grupo Valero que cuenta con 16 refinerías suficientes para
refinar el total de petroleo que produce Pemex.
Interesante
razonamiento, y para mi es la muestra clara de por que la iniciativa
privada es mucho más capaz de tomar mejores decisiones económicas,
para incrementar los beneficios, mientras que en Pemex, lo que impera
no es un razonamiento económico, sino político, lo cual no se
traduce en beneficios para la empresa.
Casi dejo fuera de este
discernimiento el de que nuestra producción de petroleo va en plena,
picada, no sea que como también dice el autor en su columna, para
cuando este terminada la refinería por ahí del 2014 ya no haya
petroleo nacional para surtirla, y en una de esas vamos terminar
importando el petroleo.
Pero aún hay tiempo de impulsar una
verdadera reforma energética que tome en cuenta las capacidades
reales del país para hacer frente a las necesidades de crecimiento
económico.


Leo Zuckerman; mi respuesta a a la carta de Pemex