Deja que mis besos se marchiten en mi boca, que se disipe su calor lentamente, que su temblor se pierda en el tiempo, deja que se condenen por no llegar a ser tuyos.
Los besos se me pierden entre recuerdos, se lamentan de no estar en otro tiempo, están condenados a no convertirse en el emblema del amor, ni a ver la luz de la pasión, son los besos no entregados, que se cansan de esperar tus labios cada noche.
Los que se marchitan en mi boca, déjalos cumplir su cometido, el de amargar mis labios, el de abonar mi dolor, deja que el miedo siga marchitando mis besos.
De su muerte se alimentara mi nostalgia, junto a ellos cumpliré este mi destino de quererte, mientras el tiempo marchita mis besos, mi amor y mi alma.
Guardaré los besos de estas noches de espera, solo para ver como mueren cada mañana, en un sacrificio diario a la esperanza de la luz de tus labios.
No sientas pena por ellos, solo cumple su destino, como yo el mío; el de adorarte con mis besos marchitos.
Es simplemente hermoso...
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