jueves, noviembre 05, 2009

Camino y destino

No he podido discernir la razón por la que escribo, solo tengo el sentimiento, que me obliga a decir lo que tengo en algún lugar entre la razón y el olvido escondido.
Me falta la voluntad para el olvido, no me atrevo a borrar lo vivido, no estoy arrepentido, vivo como quiero, solo sigo mi camino, sin derrotero, sin esperar un destino, solo sigo, doy un paso, tras otro, sin preocuparme por cuantos me faltan para hallar un objetivo.

Lo errático de mi viaje, me hace un encaprichado amante de lo aburrido, de lo distante, me hace querer doblar en la primera desviación, o ahí a donde a duras penas se vislumbra tenue un camino. No soy afecto a arribar al destino, le busco la vuelta, lamentablemente no siempre lo consigo, porque por más que me aferre siempre hay un destino, aunque este sea el propio camino.

Mi destino son los pasos, mi destino el camino, caminar es mi destino, y me aferro porque no quiero que me alcance el olvido.

Me detengo para contemplar algún detalle en el trayecto, la basura a lado del camino, la desesperanza del olvido, y cuando esta me alcance, se habrá terminado el camino, y entonces mi destino me habrá alcanzado.

De manera inevitable se cual es mi destino, lo que procuro mientras camino, es que este viaje se haga con algún motivo, o por lo menos por un capricho. No quiero que el destino me alcance sin haber disfrutado del camino. De sus largas noches, de sus dulces ríos, de sus nublados días, de sus interminables hilos, no quiero que me dejen si haber visto a otro viajero, con el mismo destino.

Hoy solo quiero disfrutar del camino, mientras me alcanza mi destino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario