domingo, noviembre 08, 2009

Quiero claridad para escribir

Quiero la claridad para poder escribir, deseo desembarazarme de las sobras que me atormentan, que no sean en su afán de oscurecerlo todo, de tomar posesión sobre mi razón, que son causa de mi desasosiego, me temo no poder escapar del todo del oscurantismo, de mis ideas, miedos, frustraciones, de los concepto preconcebidos, de mis vicios, mis defectos, y todo lo que me avergüenza, de lo que me limita, y no me deja, mis eternos compañeros, solo la soledad me conoce mejor.

Quiero que entre la luz, para que toque mi alma, la cubra de brillo y le brinde el calor de cual esta tan necesitada. Si no logro encontrar la luz que ilumine la ventana de mi vida, me temo perder la razón de mi ser a manos de las virtudes de las inmensas y eternas tinieblas.

Miro por el opaco cristal, y la belleza ya no me dice nada, es el día más triste de mi vida, en que un sol que lo ilumine todo, no me produzca el menor sentido de la felicidad. Que no desate la sucesión de palabras que debería, que me deje mudo, que me deje sumergido en la melancolía, esa que da de las cosas que no se han podido hacer, la que se da por no hacer nada, por no haber tomado de la vida lo que esta se digna a ofrecer.

Eh fallado vida, no te eh dado la importancia que te mereces, me he decepcionado de lo que soy, nunca me atreví a ser algo diferente a lo que soy, no me atrevía acercarme a mis sueños, a lo que creo que debería de ser.
Vida no he aprovechado todo de ti; las tardes maravillosas de sol, esos atardeceres, que se han sucedido, sin que un amor caliente mi corazón, mis brazos, y encienda mi ser, te debo tantos besos, tantas caricias, tantos anhelos, tantos orgasmos compartidos.
Eh dejado que lo que trajo la primavera se secara, muriera, el exceso de indiferencia lo ha marchitado todo, y ahora avanzo, sembrando destrucción y muerte a mi paso, consumiendo, lo verde lo maravilloso de los demás.

Soy ahora tu muerte vida, su tu rival, tu contrario, pero a la vez, te doy la razón de la existencia, pues sin mí no eres vida, puedes ser otra cosa, te doy sentido, ¿qué puedes ser tu?, sin la muerte que ahora abrazo, ¿qué puedes ser tu?, no te comparas con el inicio del las cosas, y el origen de todo, ¿qué eres tú?, sino finitud, tiempo, encuentro, matiz, ternura, miedo, eres algo curioso en el universo, un tanto más complejo; pero al fin y al cabo un suspiro, una exhalación, eres un inicio, yo le doy continuidad a tu ciclo, tus manifestaciones son tan pequeñas, en medidas como el tiempo, eres frágil, y no eres capaz de mantenerte aquí, sin una eterna renovación de un ciclo prolongado.

Lo que tu logras con sacrificios cualquier otra cosa en este universo lo supera con creces, todo te precederá vida, todo seguirá sin ti, cuando no estés las cosas del universo continuarán, no importarás, y los fragmentos que te dieron en algún momento sentido, seguirán ahí, sin que tú puedas seguir el camino de la existencia, entonces, al fin habré triunfado, todo es cuestión de tiempo.
Porque lo inanimado te antecedió, te vimos nacer, como un accidente, como una nueva forma de acoplar elementos, y que estos dieran origen a esta posibilidad la de manifestar, para que otras de tus formas entendieran, un mensaje, que viene desde algo llamado conciencia, que mantiene a este individuo tratando de dar explicaciones sobre su condición y futuro. La conciencia pude entender que en algún momento dejará de ser tal, que se integrará, a todo lo demás, que volverá a su esencia natural, que volverá al principio, y que ese principio será vivido como un fin, entendido como el cierre de un ciclo, de un instante, breve como un pestañeo en el cual el universo volteo a mirarse a sí mismo.
A través de ti vida, el universo, se contemplo, con algunas limitaciones, por un instante en el tiempo entendió, lo increíble que era, que existía, que era algo, que en algún momento de la creación, no todo ha sido caos, confusión, arrebato, fusión, y fisión, que algo pasó que pudo contemplar su extensión, se dio cuenta que no tiene todas las respuestas, o que estas están limitadas, no a su razón; más bien a su composición.

La consciencia es el universo viéndose a sí mismo.

Entendiendo que también él en algún instante, se diluirá, y entonces, quizás algún otro portal se abrirá, o quizás no, para entonces, ya no tendrá una conciencia que le permita sentir que le importa.

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