viernes, octubre 16, 2009

Una tarde..


Hoy que la energía eléctrica se haya ido me ofreció un momento para recordar,- después del tremendo susto que me propino la tormenta eléctrica que provoco el apagón- y para leer, fue el pretexto ideal para que echara una mirada a atrás, a aquellas tardes de mi infancia, cuando la abuela, nos apagaba la tele. Al principio todo era tragedia, pero con forme te habituabas al silencio, los sonidos de afuera se magnificaban.
Recuerdo esas tardes que parecían eternas, con la neblina cubriéndolo todo, frías, grises. Cuando podía escuchar los pasos de la gente que caminaba por la acera, y me preguntaba a donde va con tanta prisa, y con este frio, recuerdo bien las sombras que se proyectaban contra la puerta, el biselado de los vidrios impedía que se viera hacia afuera, solo dejaban entrar la luz, me gustaba más observar así que desde la ventana.
Desde ahí mi obsesión por saber de los demás, los pasos de las mujeres eran los más reconocibles, el sonido de los tacones es muy distinguible, me intrigaban los pasos, las sombrar encontrándose, algunas reconociéndose, otras, solo cruzando indiferentemente.

Los murmullos, me intrigaban no podía entender, cuando alguien se ponía a platicar cerca, era genial, alcanzaba a distinguir de que hablaban aunque no entendía de todo la conversación, era capaz de distinguir algunas voces familiares, como la voz de mi vecina hablando con alguna de sus amigas.

Escuchaba el paso de los autos, ya entrada la tarde me gustaba ver como las luces de estos alargaban las sombras, y lo que se proyectaba por el vidrio cobraba movimiento.

En ese tiempo no existían tantos aparatos de música, o quizás a esas horas no los escuchaba; no puedo asegurar que no los había, pues hoy si apago todo, y trato de concentrarme seguramente alcanzare a escuchar lo que algún vecino con la música a todo volumen, o a algún automóvil con un equipo de sonido capaz de hacer vibrar mis ventanas, o el celular sonaría, o algo ocurriría que me impediría poder sentarme a ver pasar las sombras sobre la acera, en una tarde de nublada, fría, poniendo atención a los murmullos, preguntándome ¿a dónde le llevan sus pasos?.

No hay comentarios:

Publicar un comentario