jueves, octubre 29, 2009

Un día cualquiera

Sin nada que te de algún indicio de que las cosas no son como siempre, en un día cualquiera te puedes dar cuenta, en un instante de algo importante. No.....esto no es de lo que quiero escribir, definitivamente se trata de algo más.
De cómo en medio de un día tienes un cierto presentimiento, a veces acompañado de una sensación de incertidumbre, o de total pesadumbre. Días que pasarían sin mayor pena, si no fuera por esa sensación de no estar haciendo lo correcto para nadie, con la idea pesarosa de que hay pendientes importantes, que por diversas razones no salen.
Eh notado un día cualquiera, que a veces la soledad pesa, el no tener con quien refugiarse cuando las cosas andan mal, o peor no tener con quien regocijarse cuando las cosas salen bien.
Ni modo, no hay dejarse arrastrar por la melancolía de las ausencias, o de las presencias que retornan de nuestra memoria, hay que darle a cada día cualquiera, el enorme valor que tiene, cuando se es que está corriendo, el presente es lo único que tenemos, y podemos hacer de el lo que queramos, bueno no siempre, sobre todo cuando se está en el trabajo, o sometido a otras ligas sujetadoras. Pero en la mayoría de los casos algo se puede hacer siempre.
Es pero darle un güiro a lo que resta del día, dejar la pesadumbre, y la melancolía en esta líneas, que sirvan de purga para vaciar la mente de estas emociones, de ideas, de recuerdos, y avanzar en lo que hay por hacer en un día cualquiera.

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