martes, julio 27, 2010

Al final gas y polvo

Solemos regodearnos de nuestras diferencias, de lo especiales que somos, de los singular de nuestra cultura, de nuestra nación de nuestra raza, de nuestra especie.

 

Sin embargo el ADN se encarga de derribar toda nuestra arrogancia, reduce a cenizas nuestra idea de singularidad, no somos muy diferentes a las otras especies con las que compartimos la tierra, nuestra estructura molecular es a base de carbono, como la de todos los seres vivos, y nuestra estructura celular esta regida por las mismas leyes que tienen que cumplir las células de una lagartija, de un gusano, de una cucaracha, de un delfín de un sapo,y por supuesto de nuestros primos los primates.

 

¿Porque nos seguimos topando con pequeñeces?. Parece que no queremos reconocer todo lo que nos vincula con el mundo, con el sol, y con todo el cosmos, ni siquiera somos capaces de reconocer el enorme vinculo que tenemos como seres humanos, y buscamos afanosamente encontrar diferencias que reivindiquen la idea arrogante de la superioridad con respecto al otro.

 

Hay una enorme necesidad de superar estas ideas, lo requerimos para garantizar un poco tan solo el futuro, pues ni aunque nos empecemos a llevar armoniosamente mañana o al rato, siempre esta la posibilidad palpable de encontrar nuestra extinción en cualquier momento; lo que espero es que no sea producto de nuestra propia estupidez.

 

Tenemos que recordar que no somos más que gas y polvo.

Todo lo que nos integra, se formo en el centro de una estrella, ahí se construyeron los átomos que unidos construyen lo que somos, en esa armonía sucede otra creación, la de las ideas, la comprensión y la imaginación, y al final, volveremos  a ser gas y polvo.

 

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