lunes, marzo 15, 2010

¿Porqué ver el triunfo sobre la desgracia del otro?

 

Llevo unos días preguntándomelo, de ¿donde proviene esta podrida y desvalijada satisfacción?

Quizás sea proporcional a agravio recibido, si tu te has sentido en alguna forma ofendido por una persona, su fracaso en algún momento, se transforma en un momento de jubilo para ti, por que crees en ese instante tus penas han sido redimidas por las fuerzas del destino, o por Dios, como en mi caso.

 

Pero pensándolo un poco mejor, (no sin un esfuerzo extraordinario previo) resulta un falso consuelo, ya que al final, lo que se comprueba con el fracaso de ambos, es nuestra ejemplar incapacidad.

 

Aunque me duela admitirlo, cuando se fracasa tan someramente, no puede ser obra de una sola persona, creo que debí admitir mi incapacidad antes de sentirme tan agraviado por una decisión, y no refugiarme en el falso consuelo de que al final mi teoría triunfaría y la incapacidad de mis inquisidores quedaría manifiesta.

 

Lo que triunfo, no fue ni la voluntad divina, ni la supremacía de mi teoría, sino la empecinada realidad, que nos puso a cada cual en nuestro respectivo lugar, ese donde la ignominia señorea con fervor.

 

Ahora a ver si tengo la capacidad de colaborar para abandonar este lastimero lugar, solo espero que el paisaje no comienze a gustarme sobre manera, y la comodidad haga estragos en mi voluntad, por lo menos el día de hoy sin  tengo ganas de abandonar el lugar.

 

Ya veremos mañana, con otro sol, y en otro tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario